Curiosidades
Victor Noir |
Ya lo dijo Albert
Einstein, “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez
humana. Y del Universo no estoy seguro”. No voy a ser yo quien le
contradiga, es más, observando algunos de los comportamientos
humanos, lo ratifico.
La superstición de las
personas es algo terriblemente contagioso, incluso por ridículo que
sea el hecho. Pero a la vez deja historias curiosas, como la que
acontece con la tumba de Victor Noir.
Victor era hijo de un
zapatero judío que vivía en Francia, nació con el nombre de Yvan
Salmón, pero debió gustarle más el color negro, por eso, tras su
conversión al catolicismo se cambió de nombre y de apellido. El
caso es que se hizo periodista en la Francia de finales del siglo
XIX. Eran tiempos difíciles, la familia Napoleón se veía envuelta
en criticas y calumnias constantes por parte de periódicos que
querían desprestigiar al apellido con el fin de acabar con su
régimen. Fue precisamente ésto lo que llevo a Noir a verse envuelto
en un suceso comprometido con Pierre Napoleón, primo del entonces
emperador Napoleón III, el cual pretendía defender el honor de la
familia, por lo que llamó cobarde al editor del periódico y le retó
a un duelo. El editor bien debía ser una persona muy ocupada o un
cobarde, por lo que mandó a Noir a la cita. Noir llevaba un revolver
a dicha cita, no se sabe mucho de lo que pasó durante en aquella
reunión, pero el resultado fue que Noir acabó con plomo entre pecho
y espalda.
La muerte de Noir
ocasionó gran exaltación entre la población que quería derrocar
al régimen de Napoleon III y establecer la III República Francesa.
Se podría decir que al editor le salió perfecta la treta y que a
Pierr le salió el tiro por la culata.
Una vez en 1870, cuando
finalmente se alzó la III República, la tumba de Noir se trasladó
a París. Se trata una estatua de estilo realista realizada
íntegramente en bronce, no se sabe si fue adrede o no que el
escultor dejara un protuberancia en la zona del bolsillo, quizá
quisó inmortalizar que Noir llevase un revolver a la cita y a consecuencia de ello le costase
la vida, todo a modo de moraleja, o quizá tuviese una epifanía.
La dichosa tumba se
convirtió, a consecuencia de dicha protuberancia en esa “zona
media”, en símbolo de la fertilidad, como si se tratase de Príapo,
las doncellas francesas parecen haber retrocedido 25.000 años atrás
adorando símbolos fálicos.
Cuenta el mito que
colocando una flor en el sombrero de copa hacia arriba tras besar a
la estatua en los labios y rozar su área genital pueden aumentar la
fertilidad, ayudar a llevar una vida sexual feliz, o, en algunas
versiones, conseguir un marido en un año. Los resultados de la
leyenda están a la vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario