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miércoles, 11 de julio de 2012

Tanto fue el cántaro a la fuente, que al final se rompió.

Noticias.


Como tontos, a 40ºC mirábamos al cielo esperando que lloviese. La que caía era un solana espartana que dejaba secos hasta a los caracoles, y sus cuernos. Pero aún así, la culpa era del viento, que las nubes movía y por eso la lluvia no caía.


Ésta mañana la noticiade la subida del IVA al 21% ha segado el campo, pero a la vez, ha dejado rastrojos expandidos a lo largo del vasto reino, tentando al destino con demasiado tesón.




Yo, no tengo ni idea de macro-economía, ni tengo la más mínima intención de hacer un análisis de algo que no sé, por lo que me voy limitar a dar mi punto de vista desde otro ángulo. Para empezar, creo que el problema es a nivel occidental, principalmente, la avaricia ha colmado el vaso de oro, al vaso de plata, pero ha dejado sin una gota al vaso de madera.

Desde la Segunda Guerra Mundial se ha pretendido hacer un castillo con palillos, esperando a que éstos resistiesen envistes de cañonazos, porque no se puede hacer unión con dinero como base para tal unión. El dinero nunca en la vida ha unido nada, más bien, todo lo contrario.


La Unión Europea, ha sido una falacia hipócrita de naciones que históricamente se han limitado a mirar sus bolsillos y a rascarse la barriga, observando al débil para que en el momento oportuno aprovecharse de él. Se ha estado tan obcecado en tal propósito que se han dejado atrás factores importantes para que la maquinaria siguiese funcionando. Mientras eso ocurría, Inglaterra y Alemania hacían un duelo de gallos para ver quién cortejaba y mandaba sobre Europa, por otro lado, Francia salvaguardaba sus muebles muy diplomaticamente. Al otro lado del charco, Estados Unidos mientras tuviese al socio y competidor controlado y sin distanciarse de ellos, todo bien. Las naciones pequeñas soñaban con entrar a formar parte del gran pastel, y la unión sacaba pecho. El resto, los periféricos, queríamos jugar a ser socios con honores, pero el suelo que creíamos firme se acabó convirtiendo en arenas movedizas.

Toda esta inestabilidad, además, ha dado alas a otras naciones que han visto su oportunidad para posicionarse como potencias dominantes, lo que puede ser un problema aún mayor. Los grandes imperios siempre han empezado a caerse primero desde dentro.

Pero no acaba ahí la cosa, la población, en concreto la Española, con un trastorno bipolar de personalidad, la cual, que no sabía si era provinciana, española o europea, se autoeducaba a marchas forzadas en lo que se suponía que eramos, una nación moderna y del primer mundo. Queriendo quitarse ese casposo complejo de español de boina y bastón, que lo único que sabía era rezar el Padre nuestro cuando las cosas se ponían feas, o por el contrario, cagarse en el Padre nuestro, de “otros”.

Al final se ha llegado mal y tarde. Pero allá vamos, ostentando y demostrando al mundo que ¡“semos” los mejores, bueno y qué!. Primeros en políticos corruptos, primeros en banqueros corruptos, primeros en abortar más y mejor, primeros en consumo de drogas, primeros en paro, primeros en suicidios, primeros en educación..., pero por detrás, primeros en cambiar el término matrimonio, primeros en ser Jovenes y Jovenas, etc.. Desde luego, ímpetu no nos falta.


Pues ya hemos llegado, y aquí estamos, ¡nos va de maravilla!, tanto es así, que volvemos a ser primeros en ser los más tontos. Mañana el sol brillará, aunque aquí, lo que hace falta es lluvia fresquita que calme un poco la sed de esta tierra seca.



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