Historia
No resulta extraño que
los sucesos históricos que más me gusten de la historia de España
sean sus logros y triunfos, pero quizá sí lo sea que los que más
disfrute sean los que tienen que ver con derrotas Británicas a manos
de Españolas, ésto se debe al resarcimiento personal por
propiciarles una cura de humildad a tan prepotente y orgullosa
nación, a la si no fuera por la guerra de independencia Americana,
en la cual también participamos y se nos ignora en las
superproducciones hollywoodenses, parecería que los Ingleses nunca
han perdido una batalla o una guerra.
En concreto, el suceso
histórico que más satisfacción me produce en este sentido, es el
conocido como la Guerra de la oreja de Jenkins.
España empezaba a perder su esplendor tras el llamado siglo de oro que empezaría con la publicación de la gramática española en 1492 por Nebrija, hasta la muerte de Calderon de la Barca en 1681. España con una aún reciente sucesión monárquica conflictiva, y la casa de los Borbones como nueva Casa Real española, comenzaba el siglo XVIII con el pedrigrí de la que fuese la nación en la que no se ponía el sol y a la que toda Europa pretendía emular, la Universidad de Salamanca era envidia y referente, así como todo lo Español, pero precisamente, mantener todo aquel vasto imperio no iba a resultar fácil.
España empezaba a perder su esplendor tras el llamado siglo de oro que empezaría con la publicación de la gramática española en 1492 por Nebrija, hasta la muerte de Calderon de la Barca en 1681. España con una aún reciente sucesión monárquica conflictiva, y la casa de los Borbones como nueva Casa Real española, comenzaba el siglo XVIII con el pedrigrí de la que fuese la nación en la que no se ponía el sol y a la que toda Europa pretendía emular, la Universidad de Salamanca era envidia y referente, así como todo lo Español, pero precisamente, mantener todo aquel vasto imperio no iba a resultar fácil.
Escorial, simbolo de poder |
Los Británicos, con
pretensiones territoriales sobre el mundo entero, también de hacerse
con el monopolio del comercio mundial, la venta en exclusiva de
esclavos con América, así como los continuos roces debidos a sus
intereses perdidos en la guerra de sucesión de los Austrias.
Surgió en 1719 un
preludio de lo que se aceraba. En esta ocasión, España se alió con
Escoceses y Britanicos partidarios del Rey católico Jacobo III para
invadir Inglaterra, aquello no transcendió más allá de una leyenda
escocesa que afirma que el fantasma de un soldado español caído en
los bombardeos pasea por las estancias del castillo de Eilean Donan.
Pero la verdadera guerra
comenzó en 1739, Gran Bretaña había arrebatado al Imperio español
el primer puesto como potencia mundial. La negativa de permitirle a
Gran Bretaña comerciar con las provincias españolas de ultramar
pareció ser la gota que colmó el vaso de los muchos roces que se
tenían con la nación isleña, decidieron entonces vengarse
hundiendo todo navío con pabellón naval hispano, lo que propició
dejar a las colonias españolas prácticamente desabastecidas y
teniendo éstas que recurrir al contrabando de mercancías para
abastecerse, lo que sin duda favorecía la piratería, en lo que
estaban bien curtidos los británicos. Fue así como el guarda costas
español, Juan Leon Fandiño abordó el navío pirata inglés,
“Rebecca”, y tras cortarle la oreja al capital le dijo; “Ve y
dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.
Cámara de los comunes |
Al llegar Robert Jenkins
a Londres y declarar en la cámara de los comunes con la oreja en la
mano, provocó que el grupo parlamentario y posteriormente la opinión
pública sancionara los incidentes como una ofensa al honor nacional,
desembocando en un claro "casus belli" contra el Reino España. Gran Bretaña retiró al
embajador británico de Madrid y declaró la Guerra el 19 de octubre
de 1739.
Las batallas navales
entre escuadras Españolas y Británicas fueron sucediéndose una
tras otra a lo largo y ancho de todo el globo, pero si hay que
remarcar un punto clave, sin duda, es la batalla por el sitio de
Cartagena de Indias.
Se trataba ya de la
tercera intentona británica de hacerse con el control de Cartagena
de Indias, Cartagena de Indias era en aquel tiempo puerto principal
del Virreinato de Nueva Granada y punto de partida principal de la
Flota de Indias hacia la Península Ibérica. El verdadero objetivo
Británico era hacerse con Cuba, para así invadir Florida. Para ello
reunieron en Jamaica, en posesión Británica y base de operaciones
del caribe, una de las mayores armadas vista hasta entonces.
Para ello reunieron 186
naves, a bordo de las cuales iban 2.620 piezas de artillería y más
de 28.000 hombres, entre los que se incluían 10.000 soldados
británicos encargados de iniciar el asalto, 12.600 marineros, 1.000
macheteros esclavos de Jamaica y 4.000 reclutas de Virginia dirigidos
por Lawrence Washington, hermanastro de George Washigton. Todo ello
bajo el mando de Sir Edward Vernon. Vernon ,venía crecidito y se
pavoneaba de lo fácil que le resultaba vencer a los Españoles,
aquellas declaraciones calentarón aún más ambiente, pero daba la
casualidad de que en Cartagena se encontraba un tal Blas de Lezo y
Olavarrieta. Un vasco al que llamaban “mediohombre”, no porque
fuese bajo, si no por sus múltiples mutilaciones sufridas tras los
combates, haciéndose eco de la altanería del Sir británico, y sin
amilanarse, le respondió lo siguiente: “Si hubiera estado yo en
Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del
Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me
hubiera sobrado para contener su cobardía” Ya pocas palabras más,
se podían decir.
Blas de Lezo por el
contrario, contaba con tan sólo 3.600 hombres, 6 navíos de linea
yuna larga experiencia militar, aún así, 3.600 hombres contra más
de 28.000, a todas luces, era una victoria británica fácil. Tanto,
que en Gran Bretaña no se esperaron ni a saber los resultados y se
pusieron a emitir monedas con la siguiente inscripción; “Los
héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741” y “El
orgullo español humillado por Vernon”.
La batalla
La imponente flota
británica es oteada por los vigías de la ciudad de Cartagena un día
13. Los navíos británicos estuvieron durante 16 días seguidos
bombardeando la ciudad sin cesar. Los británicos se fueron haciendo
con cada una de las posiciones con total facilidad, entraron
triunfantes en la bahía sin mayores problemas, mientras, los 600
soldados españoles que quedaban con vida se habían guarnecido en la
fortaleza de San Felipe de Barajas. Por lo que Vernon ordenó abrir
fuego, tanto desde el mar como desde tierra a dicha fortaleza. Luego
ordenó a sus hombres rodear la fortaleza con la intención de
asaltarla y acabar cuanto antes con la guerra y alzarse con la
victoria. Pero al ir a cruzar la estrecha puerta de la fortaleza,
1.500 de sus hombres perdieron la vida, lo que bajó la moral de los
de Vernon, pues no se esperaban tal suceso. Vernon ante la
desesperación se reunió de urgencia con sus generales para debatir
como asaltar la fortaleza, finalmente decidieron construir escaleras
para llegar al otro lado. Blas de Lezo ya había previsto que
decidirían hacerlo de tal modo, por lo que les preparó una trampa
mortal. Fue entonces cuando los casacas rojas fueron cayendo bajo
fuego español, la masacre estaba servida, Vernon había errado en su
estrategia y había condenado a sus soldados. A la mañana siguiente
,el horror hizo que el ejercito británico quisiese huir despavorido,
rotas las lineas británicas, los españoles cargaron a bayoneta
contra un ejercito desmoralizado y abatido. Vernon, con el rabo entre
las piernas, fue a puerto para lleno de rabia y cólera ordenar a
despecho bombardear la ciudad durante 30 días más, mientras él,
ponía rumbo a Gran Bretaña, donde estaban celebrando su “victoria”
(como me hubiera gustado ver la cara de Jorge II cuando apareciese
Sir Edward Vernon).
Blas de Lezo |
Finalmente, el resto de
navíos acabó por abandonar y aceptar la derrota, las consecuencias
de la guerra fueron desastrosas, Los británicos tuvieron entre 8.000
y 10.000 muertos y unos 7.500 heridos, había sucumbido la flor y
nata de la oficialidad imperial británica. Además perdieron 1.500
cañones e innumerables morteros, tiendas y todo tipo de pertrechos.
17 buques de guerra resultaron seriamente dañados. Todo ésto supuso
un serio revés para la flota de guerra británica, que quedó
prácticamente desmantelada y tardó mucho en reponerse.
Por contra, el ejercito
español perdió en dicha batalla 800 hombres y los 6 navíos de
línea, hubo 1200 heridos y lo peor de todo, Blas de Lezo perdió la
vida a consecuencia de la peste, enfermedad generada por los cuerpos
insepultos (casi todos ingleses) ocasionados por los sucesivos
combates. A cambio, España consiguió mantener sus territorios, y
prolongar su supremacía militar en América durante algunas décadas
más, lo que le serviría en la siguientes guerras contra los
británicos, la guerra de los 7 años y la guerra de Independencia de
los Estados Unidos.
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