Cine
Una de mis aficiones es ver cine, cine
comercial principalmente, grandes producciones donde se gastan el
presupuesto de 10 películas de autor y 80 veces el presupuesto de
una producción española. La diferencia radica en que en la mayoría
de las ocasiones recuperan la inversión y además generan ingresos.
Hoy voy a comentar la película que
alquilé ayer noche, -sí, la alquilé-, soy un romántico, y además
tengo la suerte de tener en mi barrio el mejor videoclub,
posiblemente de todo el sureste, el “Videoclub Infante”.
La película elegida fue “Los tres
mosqueteros” la versión de 2011 con Orlando Bloom como
archienemigo de los mosqueteros. Una producción de 75 millones de
dolares americanos. (si se pronuncia con la entonación de Antonio
Banderas en la película de Asesinos queda genial). El presupuesto
se deja notar en cuanto a decorados, puesta en escena, pantallas
verdes, etc.
Lo cierto es que para mi, la película
de los mosqueteros siempre será la de “El Hombre de la Mascara de
Hierro” de 1998 , pues es la que recuerdo con cariño,
pero porque llegó en el momento que tenía que llegarme, es por
tanto que para otra generación, ésta será la buena, como lo han
ido siendo las distintas versiones del clásico de Dumas.
Si bien la versión de 2011 no tendrá
en encanto narrativo de la de Disney de 1993,o ni el sobrio guión de la Mascara de Hierro.(no he visto la
acrobática versión de 2001, ni otras anteriores) Ésta versión
cuenta con la ventaja, momentánea, de los avances tecnológicos y un
reparto para deleitar a los adolescentes, de hecho, estoy convencido
que es precisamente al público que va dirigida la película.
Backinham se enfada cuando el Cardenal le recuerda la victoria española en Cardiff. |
La historia, como en el original, se
centra D'Artagnan (interpretado por un tal Logan Lerman) un joven
campesino de 18 años, hijo de un ex mosquetero del rey, el cual, es
arrogante, pretencioso, descarado, irreverente y prepotente, pero
diestro con la espada. El joven se dirige a París, la capital, para
hacer su sueño realidad, su padre le alienta a tal propósito y para
ello le da un consejo, métete en problemas. -Ésto es lo que más
curioso me resultó de la película- Hasta la fecha, el consejo de
cualquier padre hubiera sido todo lo contrario, “no te metas en
follones, se bueno, etc...”. Pero, si hubiera sido ese el consejo,
jamás hubiera llamado la atención y no habría podido conseguir su
sueño. He aquí una moraleja con doble filo. La película no muestra
el lado negativo de tal comportamiento tan insoportable del muchacho,
si no todo lo contrario, el joven sale airoso y con un halo de
chulería que hace que las mujeres caigan rendidas a sus encantos,
aunque sí es la que se enamora de él la que le recrimina tanta
pedantería, no pasa de ahí el asunto.
En cuanto a la historia, la película
no se complica, busca su punto fuerte, y ese es el espectáculo
visual, sigue el patrón típico y predecible que todo el mundo
quiere. La receta funciona y no hay que alterarla, deben pensar los
productores. Al final vence el bien, aunque no sabemos ni para qué,
ni con qué propósito, cosa que pro el contrario no sucede en el
lado enemigo, los cuales se lo trabajan de verdad; espionaje
internacional, confabulaciones, armas secretas, etc..., pero
inevitablemente avocados al fracaso. En el papel de villanos
encontramos al elenco famosete de turno, a Orlando Blood y a Milla
Jocovich. Milla Jocovich encasillada en su eterno papel de guerrera
saltarina enseñando cacho, y en cuanto a Orlando Blood, en su
carrera personal por ser el actor más freaky de la Historia.
Como digo, al final vence el bien,
surge la esperada frase de, “todos para uno y uno para todos”,
el obligado beso entre los guapos de turno y un rey sin luces en su
palacio cambiando de traje al son de la moda parisina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario