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domingo, 15 de julio de 2012

Todos para uno y uno para todos!

Cine



Una de mis aficiones es ver cine, cine comercial principalmente, grandes producciones donde se gastan el presupuesto de 10 películas de autor y 80 veces el presupuesto de una producción española. La diferencia radica en que en la mayoría de las ocasiones recuperan la inversión y además generan ingresos.

Hoy voy a comentar la película que alquilé ayer noche, -sí, la alquilé-, soy un romántico, y además tengo la suerte de tener en mi barrio el mejor videoclub, posiblemente de todo el sureste, el “Videoclub Infante”.

La película elegida fue “Los tres mosqueteros” la versión de 2011 con Orlando Bloom como archienemigo de los mosqueteros. Una producción de 75 millones de dolares americanos. (si se pronuncia con la entonación de Antonio Banderas en la película de Asesinos queda genial). El presupuesto se deja notar en cuanto a decorados, puesta en escena, pantallas verdes, etc.



Lo cierto es que para mi, la película de los mosqueteros siempre será la de “El Hombre de la Mascara de Hierro” de 1998 , pues es la que recuerdo con cariño, pero porque llegó en el momento que tenía que llegarme, es por tanto que para otra generación, ésta será la buena, como lo han ido siendo las distintas versiones del clásico de Dumas.

Si bien la versión de 2011 no tendrá en encanto narrativo de la de Disney de 1993,o ni el sobrio guión de la Mascara de Hierro.(no he visto la acrobática versión de 2001, ni otras anteriores) Ésta versión cuenta con la ventaja, momentánea, de los avances tecnológicos y un reparto para deleitar a los adolescentes, de hecho, estoy convencido que es precisamente al público que va dirigida la película.

Backinham se enfada cuando el Cardenal le recuerda la victoria española en Cardiff.
La historia, como en el original, se centra D'Artagnan (interpretado por un tal Logan Lerman) un joven campesino de 18 años, hijo de un ex mosquetero del rey, el cual, es arrogante, pretencioso, descarado, irreverente y prepotente, pero diestro con la espada. El joven se dirige a París, la capital, para hacer su sueño realidad, su padre le alienta a tal propósito y para ello le da un consejo, métete en problemas. -Ésto es lo que más curioso me resultó de la película- Hasta la fecha, el consejo de cualquier padre hubiera sido todo lo contrario, “no te metas en follones, se bueno, etc...”. Pero, si hubiera sido ese el consejo, jamás hubiera llamado la atención y no habría podido conseguir su sueño. He aquí una moraleja con doble filo. La película no muestra el lado negativo de tal comportamiento tan insoportable del muchacho, si no todo lo contrario, el joven sale airoso y con un halo de chulería que hace que las mujeres caigan rendidas a sus encantos, aunque sí es la que se enamora de él la que le recrimina tanta pedantería, no pasa de ahí el asunto.


En cuanto a la historia, la película no se complica, busca su punto fuerte, y ese es el espectáculo visual, sigue el patrón típico y predecible que todo el mundo quiere. La receta funciona y no hay que alterarla, deben pensar los productores. Al final vence el bien, aunque no sabemos ni para qué, ni con qué propósito, cosa que pro el contrario no sucede en el lado enemigo, los cuales se lo trabajan de verdad; espionaje internacional, confabulaciones, armas secretas, etc..., pero inevitablemente avocados al fracaso. En el papel de villanos encontramos al elenco famosete de turno, a Orlando Blood y a Milla Jocovich. Milla Jocovich encasillada en su eterno papel de guerrera saltarina enseñando cacho, y en cuanto a Orlando Blood, en su carrera personal por ser el actor más freaky de la Historia.



Como digo, al final vence el bien, surge la esperada frase de, “todos para uno y uno para todos”, el obligado beso entre los guapos de turno y un rey sin luces en su palacio cambiando de traje al son de la moda parisina.




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